el cinco de octubre - Apocalipsis 5, Nehemías 7.5-8.12 y Salmo 100

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El rollo escrito y el Cordero

Apocalipsis 5 1En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. 2Y vi un ángel poderoso que preguntaba a gran voz: "¿Quién es digno de abrir el rollo y romper sus sellos?" 3Pero ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra había nadie que pudiera abrir el rollo, ni mirarlo. 4Y yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el rollo, ni de mirarlo. 5Pero uno de los ancianos me dijo: "No llores más, pues el León de la tribu de Judá, el retoño de David, ha vencido y puede abrir el rollo y romper sus siete sellos."
6Entonces, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, vi un Cordero. Estaba de pie, pero se veía que había sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7Aquel Cordero fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono; 8y en cuanto tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Todos ellos tenían arpas, y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo. 9Y cantaban este canto nuevo:

"Tú eres digno de tomar el rollo y de romper sus sellos,
porque fuiste sacrificado;
y derramando tu sangre redimiste para Dios
gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.
10De ellos hiciste un reino,
hiciste sacerdotes para nuestro Dios,
y reinarán sobre la tierra."

11Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Había millones y millones de ellos, 12y decían con fuerte voz:

"¡El Cordero que fue sacrificado
es digno de recibir el poder y la riqueza,
la sabiduría y la fuerza,
el honor, la gloria y la alabanza!"

13Y oí también que todas las cosas creadas por Dios en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, decían:

"¡Al que está sentado en el trono y al Cordero,
sean dados la alabanza, el honor, la gloria y el poder
por todos los siglos!"

14Los cuatro seres vivientes respondían: "¡Amén!" Y los veinticuatro ancianos se pusieron de rodillas y adoraron.


Los que volvieron del destierro
(Esd 2.1-70)

Nehemías 7 5Entonces Dios me impulsó a reunir a las personas importantes, las autoridades y el pueblo, para hacer un registro familiar, y encontré el libro del registro familiar de los que habían llegado antes. En él estaba escrito lo siguiente:
6-7"Esta es la lista de los israelitas nacidos en Judá que fueron desterrados a Babilonia por el rey Nabucodonosor, y que después del destierro volvieron a Jerusalén y a otros lugares de Judá, cada cual a su población, encabezados por Zorobabel, Josué, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamaní, Mardoqueo, Bilsán, Mispéret, Bigvai, Nehúm y Baaná:
8"Los descendientes de Parós, dos mil ciento setenta y dos;
9los de Sefatías, trescientos setenta y dos;
10los de Árah, seiscientos cincuenta y dos;
11los de Pahat-moab, que eran descendientes de Josué y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho;
12los de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
13los de Zatú, ochocientos cuarenta y cinco;
14los de Zacai, setecientos sesenta;
15los de Binuy, seiscientos cuarenta y ocho;
16los de Bebai, seiscientos veintiocho;
17los de Azgad, dos mil trescientos veintidós;
18los de Adonicam, seiscientos sesenta y siete;
19los de Bigvai, dos mil sesenta y siete;
20los de Adín, seiscientos cincuenta y cinco;
21los de Ater, que eran descendientes de Ezequías, noventa y ocho;
22los de Hasum, trescientos veintiocho;
23los de Besai, trescientos veinticuatro;
24los de Harif, ciento doce;
25los de Gabaón, noventa y cinco.
26Los hombres de Belén y de Netofá, ciento ochenta y ocho;
27los de Anatot, ciento veintiocho;
28los de Bet-azmávet, cuarenta y dos;
29los de Quiriat-jearim, Quefirá y Beerot, setecientos cuarenta y tres;
30los de Ramá y de Gueba, seiscientos veintiuno;
31los de Micmás, ciento veintidós;
32los de Betel y de Ai, ciento veintitrés;
33los de Nebo, cincuenta y dos.
34Los descendientes del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
35los de Harim, trescientos veinte;
36los de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
37los de Lod, Hadid y Onó, setecientos veintiuno;
38los de Senaá, tres mil novecientos treinta.
39Los sacerdotes descendientes de Jedaías, de la familia de Josué, novecientos setenta y tres;
40los descendientes de Imer, mil cincuenta y dos;
41los de Pashur, mil doscientos cuarenta y siete;
42los de Harim, mil diecisiete.
43"Los levitas descendientes de Josué y de Cadmiel, que a su vez eran descendientes de Hodavías, eran setenta y cuatro.
44"Los cantores descendientes de Asaf eran ciento cuarenta y ocho.
45"Los porteros eran los descendientes de Salum, los de Ater, los de Talmón, los de Acub, los de Hatitá y los de Sobai. En total, ciento treinta y ocho.
46"Los sirvientes del templo eran los descendientes de Sihá, los de Hasufá, los de Tabaot, 47los de Queros, los de Siahá, los de Padón, 48los de Lebaná, los de Hagabá, los de Salmai, 49los de Hanán, los de Guidel, los de Gáhar, 50los de Reaías, los de Resín, los de Necodá, 51los de Gazam, los de Uzá, los de Paséah, 52los de Besai, los de Meunim, los de Nefusim, 53los de Bacbuc, los de Hacufá, los de Harhur, 54los de Baslut, los de Mehidá, los de Harsá, 55los de Barcós, los de Sísara, los de Temá, 56los de Nesíah y los de Hatifá.
57"Los descendientes de los sirvientes de Salomón eran los descendientes de Sotai, los de Soféret, los de Perudá, 58los de Jaalá, los de Darcón, los de Guidel, 59los de Sefatías, los de Hatil, los de Poquéret-hasebaím y los de Amón. 60El total de los sirvientes del templo y de los descendientes de los sirvientes de Salomón era de trescientos noventa y dos.
61"Los que llegaron de Tel-mélah, Tel-harsá, Querub, Adón e Imer, y que no pudieron demostrar si eran israelitas de raza o por parentesco, fueron los siguientes: 62los descendientes de Delaías, los de Tobías y los de Necodá, que eran seiscientos cuarenta y dos. 63Y de los parientes de los sacerdotes: los descendientes de Hobaías, los de Cos y los de Barzilai, el cual se casó con una de las hijas de Barzilai, el de Galaad, y tomó el nombre de ellos. 64Estos buscaron su nombre en el registro familiar, pero como no lo encontraron allí, fueron eliminados del sacerdocio. 65Además, el gobernador les ordenó que no comieran de los alimentos consagrados hasta que un sacerdote decidiera la cuestión por medio del Urim y el Tumim.
66"La comunidad se componía de un total de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 67sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientas treinta y siete personas. Tenían también doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. 68Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, 69cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
70"Algunos jefes de familia entregaron donativos para la obra; el gobernador dio para la tesorería ocho kilos de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta túnicas sacerdotales. 71Los jefes de familia dieron para la tesorería de la obra ciento sesenta kilos de oro y mil doscientos diez kilos de plata; 72y el resto del pueblo dio ciento sesenta kilos de oro, mil cien kilos de plata y sesenta y siete túnicas sacerdotales.
73"Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, la gente del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel se establecieron en sus poblaciones."

La ley es leída en público

Cuando llegó el mes séptimo, ya los israelitas estaban instalados en sus localidades.
Nehemías 8 1Entonces todo el pueblo en masa se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua, y le dijeron al maestro Esdras que trajera el libro de la ley de Moisés, que el Señor había dado a Israel. 2El día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la reunión compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón; 3y desde la mañana hasta el mediodía lo leyó en presencia de todos ellos, delante de la plaza que está frente a la puerta del Agua.
Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley. 4El maestro Esdras estaba de pie sobre una tribuna de madera construida para ese fin. También de pie y a su derecha estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilquías y Maaseías. A su izquierda estaban Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5Entonces Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, ya que se le podía ver por encima de todos; y al abrirlo, todo el mundo se puso de pie. 6Entonces Esdras alabó al Señor, el Dios todopoderoso, y todo el pueblo, con los brazos en alto, respondió: "Amén, amén." Luego se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente, y adoraron al Señor.
7Los levitas Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabtai, Hodías, Maaseías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Hanán y Pelaías explicaban la ley al pueblo. Mientras la gente permanecía en su sitio, 8ellos leían en voz alta el libro de la ley de Dios, y lo traducían para que se entendiera claramente la lectura. 9Y como todo el pueblo lloraba al oir los términos de la ley, tanto el gobernador Nehemías como el maestro y sacerdote Esdras, y los levitas que explicaban la ley al pueblo, dijeron a todos que no se pusieran tristes ni lloraran, porque aquel día estaba dedicado al Señor, su Dios. 10Además les dijo Esdras: "Vayan y coman de lo mejor, beban vino dulce e inviten a quienes no tengan nada preparado, porque hoy es un día dedicado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio."
11También los levitas calmaban a la gente, diciéndoles que se callaran y no lloraran, porque era un día dedicado al Señor. 12Entonces toda la gente se fue a comer y beber, y a compartir su comida y celebrar una gran fiesta, porque habían comprendido lo que se les había enseñado.


SALMO 100 (99)

El Señor nos hizo y somos suyos

1¡Canten al Señor con alegría,
habitantes de toda la tierra!
2Con alegría adoren al Señor;
¡con gritos de alegría vengan a su presencia!
3Reconozcan que el Señor es Dios;
él nos hizo y somos suyos;
¡somos pueblo suyo y ovejas de su prado!
4Vengan a las puertas y a los atrios de su templo
con himnos de alabanza y gratitud.
¡Denle gracias, bendigan su nombre!
5Porque el Señor es bueno;
su amor es eterno
y su fidelidad no tiene fin.

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